Cuidado y limpieza de la vitrocerámica
La vitroceramica de la cocina ha venido a revolucionarnos la vida. Es segura y ahorra energía, dos características que la convierten en un aparato electrodoméstico perfecto, aliado de todas las amas de casa. El único problema es que no siempre la sabemos limpiar en profundidad sin rayar o malograr su superficie.
¿Cómo hacerlo? Aquí algunos tips para no fallar y proceder a un máximo cuidado.
Limpieza diaria de la “vitro”, paso a paso
1) Una vez que la cocina está fría (en caliente jamás se procede a su limpieza), pasamos un papel de cocina humedecido (recordar: no hacen falta esponjas y nunca se usan estropajos) para quitar restos de comida y el grueso de suciedad.
2) Usamos, a continuación, un producto específico que esté especialmente desarrollado especialmente para limpiar vitroceramica (ni quitagrasa ni detergente para vajillas). ¿Cuál de todos los que ofrece el mercado? Uno de buena calidad y máxima efectividad. Recomendamos por ello, KIRIKO VITRO ESPUMA, un nuevo limpiador en forma de espuma activa que se presenta con pistola para su cómoda y rápida aplicación. Pulverizamos y dejamos actuar durante tres minutos, tiempo necesario para que la espuma se adhiera a la suciedad y la desincruste, facilitando el proceso de limpieza y garantizando el máximo brillo.
3) Acto seguido, procedemos a pasar una rasqueta especial para vitroceramica (sí, de esas que tienen mango y cuchilla y se adquieren en ferreterías y supermercados) que eliminará manchas, como así también, cualquier otro residuo que haya permanecido pegado.
4) Retiramos este nuevo y eficaz producto con una bayeta húmeda y secamos con papel de cocina hasta obtener el brillo deseado.
¿Conclusión? La placa de vitroceramica habrá quedado como nueva en pocos minutos. Su cuidado nunca fue más fácil, ¿verdad? Por ello, a probar ya esta nueva espuma activa; delicada con la “vitro” y con nuestras manos.